ARTÍCULO 14: «EL MES QUE VIENE EMPIEZO EL GIMNASIO!»

El artículo de este mes viene de la mano de Mónica, psicóloga del centro Psique, y nos va a ayudar a entender un poquito más la psicología y la neurociencia de la motivación. Estamos seguros de que te va a ayudar.

¿Qué es lo que nos falta para cumplir con nuestros propósitos?

Antes de nada, hay que entender que cada persona somos diferentes y a la motivación nos afectan varios factores tanto personales como interpersonales, como factores biológicos, sociales, emocionales y cognitivos. Dejando esto como base, podemos diferenciar también entre dos tipos de personas según sus características  de comportamientos: impulsivas y de autocontrol. Y te preguntarás que qué tiene que ver esto, pues sigue leyendo, todo es neurociencia.

Nuestras vías cerebrales del placer, el deseo y las adicciones tiene que ver con la dopamina (es un neurotransmisor, una sustancia que utilizan las neuronas para comunicarse y transmitirse información); y las vías cerebrales relacionadas con la autoeficacia, la voluntad y el afán de superación tiene que ver con la corteza cerebral (la parte más externa del cerebro) y la serotonina (otro neurotransmisor). Estas dos sustancias son principales a la hora del aprendizaje y de la motivación. ¿Cómo podemos generarlas para mejorar en la motivación?

La parte más impulsiva y en general, la que tenemos más desarrollada por nuestra falta de educación emocional es la primera. Así que para generar dopamina y activar esas vías del placer tendremos que tener en cuenta que la actividad sea agradable y tenga una recompensa inmediata. Por ejemplo, que se vaya calmando un dolor, que consigas mejorar tu propio récord, que sea una actividad divertida y tengas ganas de volverla a hacer para ver mejorías y pasarlo bien, que conozcas a alguien realizando el deporte y te haga ese rato ameno, lo practiques a una hora que te venga bien y no te estrese (el estrés es el peor enemigo de la dopamina, es decir, del placer), hagas una lista de reproducción musical que te ayude, comprarte una ropa que te guste, etc.

Y por otra parte, como somos un poquito “masocas”, nos queda hablar del sufrimiento y de esa parte de autocontrol, autoeficacia y superación. En esta es la que hace que todo sea más duradero ya que la serotonina es la reguladora de los estados emocionales, para tener esta vía activa se necesita aprendizaje y madurez (me refiero a la capacidad de flexibilizar ideas preconcebidas e ir adaptándonos a obstáculos que van surgiendo). Es decir, aprender cosas nuevas y crear conexiones neuronales nuevas hace que nuestros objetivos personales vayan cambiando y por tanto los retos. Está comprobado que los deportistas que se centran en la realización correcta de sus conductas y no en el resultado, aumenta la percepción de control de la situación y, por tanto, la de autoconfianza. Los retos desafiantes y alcanzables son una gran estrategia educativa y deportiva.

En definitiva, es complicado motivarse porque depende de muchos factores pero una vez que lo consigues es difícil desengancharse, así que: conócete y cuida tu salud mental para que esto no obstaculice el proceso, pide ayuda de algún especialista tanto a nivel psicológico como físico y comienza a activar esas vías del placer con interés, práctica y algún propósito agradable.

Bibliografía
1. Neurociencia, deporte y educación. Ed. Wanceulen.

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