ARTÍCULO 16: MANEJA TU DOLOR CON EJERCICIO FÍSICO (PARTE II)

En la primera parte analizábamos el concepto de dolor y cómo se produce esta señal de alarma en nuestro cerebro. Pero cuidado que este artículo es más interesante todavía porque vamos a ver cómo se puede alterar tu sistema del dolor y comenzamos a hablar de estrategias para afrontar este problema.

UN SISTEMA NERVIOSO ALTERADO

Echa un vistazo al gráfico de abajo. Los tejidos lesionados tienen un tiempo de curación razonablemente definido. Sin embargo, el tiempo de curación puede variar debido a: enfermedades concomitantes, la manera cómo los tejidos se usan y lo que la gente hace durante su vida. Sabemos que el dolor persiste en muchos casos, aunque la lesión inicial haya tenido tiempo suficiente para curarse. En estas situaciones, el cerebro concluye que la amenaza persiste y que necesitas toda la protección que puedas conseguir.


Podríamos utilizar una metáfora del cerebro en la que lo consideramos una orquesta. Es como si la orquesta de tu cerebro hubiera estado interpretando la misma melodía del dolor una y otra vez…Ya no es capaz de tocar un repertorio completo de piezas musicales. Solo la melodía de dolor. 

Cuando el dolor persiste, el sistema de alarma de peligro se hace más sensible. La neurona mensajera de peligro se hace más excitable y produce más sensores de sustancias químicas excitadoras. El cerebro empieza a activar neuronas que liberan sustancias químicas excitadoras en el asta posterior de la médula espinal. Los sistemas de respuesta empiezan a estar más involucrados y empiezan a contribuir en el problema. Los pensamientos y las creencias están cada vez más implicados y empiezan a contribuir en el problema.

El cerebro se adapta y se perfecciona en la producción de la neuroetiqueta del dolor (la ‘melodía del dolor’). Sólo es capaz de interpretar dolor en unas situaciones, movimientos y contextos. 

‘Me duele sólo de pensar en él’

‘Sólo de mirar a alguien, ya me duele’

‘Empezó en un punto, y ahora me duele por todas partes’

‘El lunes es peor’

‘El dolor que tengo ahora empezó en el otro lado del cuerpo’

‘El dolor tiene vida propia’

‘Me han dado un montón de diagnósticos diferentes; si mencionas uno, seguro que lo tengo’

‘Cuando me tomo un ‘gin tonic’ o un vodka me duele menos’

‘Me duele cíclicamente, mensualmente, semanalmente…’

‘El tratamiento sólo me alivia temporalmente’

‘Me duele mucho más cuando estoy nervioso o deprimido’

‘Es el mismo dolor que tuvo mi madre’

‘Cada día me duele un sitio distinto’

‘Nadie se cree mi dolor’

¿Te sientes identificad@?

ESTRATEGIAS PARA AFRONTAR EL DOLOR

El modelo de la orquesta que hemos visto deriva de muchas disciplinas científicas sobre el dolor, incluyendo las de imagen cerebral y de biología celular. Considera que el dolor es el resultado conjunto tanto de procesos en los tejidos como del procesamiento de los mensajes de peligro. Este procesamiento es llevado a cabo en muchas partes del cerebro.

Este modelo permite reconocer que variadas señales de alarma (Ej. miedo, recuerdos, tejidos lesionados, circunstancias) pueden formar parte de la experiencia del dolor. Es un modelo que permite comprender las bases biológicas del dolor y que reconoce que, aunque los procesos se producen en el cerebro, tienen una manifestación anatómica y biológica real. Pensamientos, ideas, miedos y emociones son considerados como impulsos nerviosos que tienen consecuencias electroquímicas sobre el cerebro, de la misma forma que los estímulos de los tejidos lesionados tienen también consecuencias electroquímicas.

Hay que considerar también las estrategias activas y pasivas que la gente utiliza para intentar afrontar distintas situaciones. Los ‘afrontadores’ activos controlan el dolor y muchos otros problemas de su salud mejor que los ‘afrontadores’ pasivos. 

Ejemplos de estrategias de afrontamiento activas

• Aprendiendo acerca del problema

• Buscando maneras de moverse

• Explorando y empujando poco a poco los límites del dolor

• Manteniéndose positivo

• Haciendo planes

Ejemplos de estrategias de afrontamiento pasivas

• Evitando la actividad

• No haciendo nada

• Esperando que pase algo

• Creyendo que alguien tiene la respuesta

Y tú, ¿de qué tipo eres?

Digamos que desde este punto de vista tenemos tres opciones en nuestra recuperación del dolor y nuestro camino hacia el bienestar.

Pensemos en la carretera de ‘sin dolor, no hay recompensa’. La gente habla de forzar los límites del dolor. Nosotros no apoyamos esta idea, a pesar de que algunas personas no tengan riesgo de hacerse daño al realizar ejercicios vigorosos, siempre y cuando comprendan el dolor que se provocan. Por ejemplo, mientras estás haciendo la recuperación de una rigidez articular o de un acortamiento muscular, seguramente, es necesario sentir alguna molestia. Pero el dolor es en cierto modo como el amor, la alegría o los celos. ¿Has oído hablar alguna vez a alguien de forzar los límites del amor, la alegría o los celos? Tal vez podríamos decir: ‘conoce el dolor, o no hay progreso’.

¿Qué podemos decir de la carretera ‘que el dolor sea tu guía’? Para la mayoría de la gente con dolor crónico, ésta no es útil. Si dejaras que el dolor fuera tu guía, no harías nada. Ciertamente, esta carretera puede tener alguna utilidad cuando tienes un dolor agudo, para no interferir con el proceso de curación; pero, incluso en este caso, normalmente no evitas totalmente el dolor. Dejar que el dolor sea tu guía significa que estás dándote por vencido, dejando que sea él el que te mande, incitándote a tener miedo al dolor. Tienes que asumir el control.

Vamos a la tercera carretera: comprender el dolor, para que dejes de tenerle miedo. Esta es la carretera menos transitada, pero, en definitiva, la carretera de la recuperación. Por tanto, trata de comprender todo lo que puedas sobre lo que está causando tu dolor y no solamente lo que deberías hacer al respecto. Recuerda: ¡el conocimiento es el gran libertador!

Si has entendido este texto, ahora serás capaz de comprender que ‘cuando tengo dolor, no significa necesariamente que me estoy haciendo daño’.

Deberías saber que, debido a los distintos cambios que tu sistema nervioso y tu cerebro hacen para proteger tus tejidos, podemos estar seguros de que el dolor persistente no necesariamente refleja el estado de tus tejidos. Así, si tu dolor se prolonga más allá del tiempo necesario para que cicatricen tus tejidos, este aumento del dolor no significa necesariamente que estás sufriendo una nueva lesión.

De la misma manera, los dolores recurrentes tienen frecuentemente una función protectora. Si has sufrido un dolor recurrente durante muchos años, cada recurrencia no significa que te hayas vuelto a lesionar ese músculo, articulación, ligamento o nervio. Científicamente, tiene más sentido llegar a la conclusión de que las recidivas se producen debido a que una señal o una serie de señales han sido suficientes para activar la representación virtual de una antigua lesión. Es como si tu cerebro estuviera haciendo un chequeo, asegurándose de que tu cuerpo está bien, sano y salvo. Tal vez la orquesta ha decidido interpretar la melodía del dolor para asegurarse de que no la olvidas.

Por tanto, dolor no siempre significa daño. Simplemente, recordar este concepto, cada vez que tengas dolor, puede ayudarte a resetear el sistema.

¡Pero espera! Esto no significa que puedes salir y aprender ‘puenting’, ir andando de un lado a otro de la ciudad o ir a un maratón de bailes de salón. Tu cuerpo no está preparado para un paso tan grande y tu sistema nervioso, ya sensibilizado, tomará medidas drásticas para impedir que lo vuelvas a hacer. De hecho, cuando el sistema nervioso realmente está desesperado intentando prevenir que te hagas daño, puede paralizar tus músculos (lo que se llama ‘shock espinal’ – que es sólo temporal) o puede hacer que te desvanezcas, vomites, te desmayes, o cualquier otra cosa que tenga que hacer.

Cuando comprendas que dolor no significa daño, esperamos que también entiendas por qué tu sistema nervioso tan sólo te permitirá un incremento gradual en tu nivel de actividad o de ejercicio.


Estáte atento a nuestro siguiente artículo del mes porque vamos a darte más herramientas prácticas para gestionar el dolor mediante el movimiento.

Mientras tanto..

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